Este es nuestro nuevo libro: "Abriendo Puertas"

Este es uno de nuestros programas

LA LLUVIA FINA DE GARÚA


Tu Garúas, yo la siento

Cada semana  procuramos  traer  temas que sean de interés educativo  para nuestros y nuestras amigas oyentes, y así hoy nos hemos permitido un lujo: traer a un grupo de música  de cámara a Puerta Abierta.
Aunque en algunas ocasiones hemos hablado sobre la música en las escuelas, o en los institutos, siempre nos sabe a poco. Creemos que Puerta Abierta tiene pendiente traer a sus oyentes el contacto con la música con mas frecuencia porque cuando la música nos llega,  dialogamos con ella en un lenguaje diferente al de la lengua hablada. La comunicación se hace  íntima debido a que el emisor es un instrumento al que alguien le pone sentimientos y el receptor transforma los sonidos que recibe, para que le lleguen a lo más dentro.
            Conseguir que un instrumento exprese sentimientos, necesita unas capacidades extras mas allá del propio conocimiento técnico. El primer contacto con la música, en la mayoría de los casos, no se encuentra en el entorno familiar, por lo que hay que ir a su encuentro y dominarla para que se pueda convertir en arte, en terapia, en educación, en belleza, o en una sinfonía.  
Esta tarde estamos especialmente orgullosos de tener en Puerta Abierta a un grupo que ha conseguido todo esto, y que siguen trabajando para llevar la música a todas partes.
Tenemos en el estudio a Garúa Camera, un cuarteto de instrumento de cuerda frotada.
- Águeda Sánchez Mingorance ( I violín)
Comienza sus estudios de violín a la edad de 9 años con Elena Polianskaya. Es miembro de la Orquesta Joven de Andalucía desde los 15 años de edad, habiendo participado también en otras orquestas como la Joven Orquesta de Cámara Maestro Álvarez Beigbeder.
- Fco Javier Luengo Gutiérrez (II violín)
Licenciado en Historia, haciendo un máster en Arqueología, se encuentra cursando el curso superior de violín. Ha participado en orquestas como la Joven Orquesta de Cámara Maestro Álvarez Beigbeder, la Orquesta Joaquín Villatoro, la Joven Orquesta Provincial de Cádiz, y la Orquesta Jóvenes del Volga de Rusia entre otras.
- Juan Diego Sánchez Mingorance (violonchelo)
Inicia su carrera musical a los 9 años, pertenece, desde hace 3 años a la Orquesta Joven de Andalucía. 
 A. Sánchez -" Desde mi punto de vista, con la Educación Musical en las escuelas e institutos, a lo que se debería aspirar es a que valorarla y a disfrutarla. Cuando no entiendes una cosa, no la aprecias. Que la entiendas y la puedas comprender mínimamente, y sepas disfrutar de ella. Sobre todo porque la música clásica, cuando eres un niño,  a veces resulta muy pesada, es difícil de entender, mucho más difícil de entender que cualquier canción pop; entonces tienen que ayudarte y llevarte de la mano para que sepas apreciarla y disfrutarla".
J. D. Sánchez - "La principal función de las Orquestas Jóvenes es formar. Nosotros hemos estado en la Orquesta Joven Andaluza, nos hemos llevado allí seis años y nos hemos formado muchísimo. Es una pasada. tanto musical como en otro tipo de experiencias. Es como un oasis en tu vida normal. Te vas dos semanas fuera, estás conviviendo allí con una banda de músicos, comes, hablas con ellos, pasas el día entero con ellos y además ves y convives con músicos muy buenos". 
F. J. Luengo -" En Rusia, si te dedicas a la música, no es como nos dedicamos aquí que es como si fueran actividades extraescolares, sino que es tu actividad. Y tu, aparte de Música, aprendes Matemáticas y Lengua, pero tu actividad es la música. esto es otra mentalidad y claro los músicos que salen de allí están mucho más volcados; es más a raíz de eso la competencia que se crea es enorme. Yo conocí a jóvenes mucho más pequeños que yo, que tocaban mil veces mejor que yo y con una mentalidad de: no toco muy bien y tengo que seguir trabajando. Estábamos en una residencia y podías perfectamente a las doce de la noche, seguir escuchando a gente que seguía estudiando".
La presencia de estos tres jóvenes músicos en el programa nos ha llenado de confianza en la juventud. La responsabilidad hacia sus estudios, la visión de la realidad de educación musical, y su entrega a la vocación musical nos ha convencido. Su música en el estudio se ha transformado en  garúa, la lluvia fina que calaba  nuestros sentidos. 

LAS ESCUELAS DE LOS 50' Y 60'







Con frecuencia algunos abuelos y abuelas cuentan a sus nietos como eran las escuelas a las ellos fueron cuando eran pequeños. No todos pudieron ir a la escuela, muchos y muchas tuvieron que trabajar para ayudar a la familia, como aprendices de cualquier oficio, o  cuidando de los hermanos pequeños. Pero aquellos que tuvieron la oportunidad de ir a la escuela  en la primera mitad de siglo XX incluso en los 60’, guardan esos recuerdos con nitidez y con nostalgia. Los libros, los maestros, las rutinas diarias, las canciones al terminar las clases, los juegos etc. Las técnicas empleadas  para ejercitar la memoria. 
Todo aquello perteneció a una época ya pasada, pero no olvidada mientras que existan en el recuerdo de las personas que lo vivieron y en los museos pedagógicos.
 La memoria de esos tiempos hay que alimentarla y mantenerla viva con el recuerdo compartido de los que la vivieron, antes de que los pupitres de los museos se nos queden fríos y sin habla.

Invitadas/o
Caridad Álvarez García, antigua alumna del Colegio Divina Pastora de las Hermanas Calasancias
María Herrero Novoa, antigua alumna del colegio Virgen del Valle de las madres agustinas.
José Luis González Cáceres, antiguo alumno del Colegio Salesiano

¿Como era el colegio de tu infancia?
C. Alvarez: "Era de monjas. Era un edificio grande, tenía no muchas clases, pero las clases eran enormes, o por lo menos yo las veía así. Y después había como dos mesas de profesores . Los de parvulitos estaban en otro lado y eran niños y niñas. Y después de mayor eran solo niñas. Y había varios grupos en la misma clase, las más pequeñas, después las de segundo, así es como lo recuerdo.
Teníamos el uniforme que me están recordando las fotos aquellas, con los cuellos duros. Eran azules, tableados. Era muy bonito, con los cuellos blancos almidonados que se quitaban y se ponían, después ya los hicieron de plástico duro. Había el uniforme de gala, que era para los domingos que teníamos que asistir a misa.   Teníamos un abrigo azul de paño, con los botones dorados, y un sombrero de fieltro azul marino, con un lazo detrás. También recuerdo que nos poníamos unos babis por encima del uniforme".
M. Herrero: " Estoy ahora recordando el colegio como en las fotografías. Era un colegio de monjas, pero pequeño. Era un pueblo de Castilla, Saldaña.
Yo creo que seríamos como unos cien niños, y niñas, porque en párvulos había de los dos. Después, pasado Párvulos solo éramos niñas. El resto iba a las escuelas públicas porque no podían seguir.
Discrepo un poco contigo, porque los recuerdos son siempre agradables. Recuerdo a la monja de parvulito, Sor Ana, a la que tenía mucho cariño. Después de mayor iba con mis hijos a verla. De castigos no había muchos, pero alguna torta si que nos daban porque la madre superiora era muy severa y nos daban una torta así con el dedo, en la cara con la mano bien plana que te dejaba la marca bien clara. Era lo único, y de vez en cuando".
J.L. González: "Era un edificio enorme, con una disciplina muy rígida. Recuerdo que nos formaban en filas en el patio, como en el ejército y teníamos que extender el brazo para tocar el hombro del compañero de delante  para alinearnos. Creo que era también el concepto de la disciplina. Había que ser disciplinado desde pequeño y te obligaban a ser teníamos que ser disciplinados desde el patio. Tenías que estar a una determinada distancia y si te salías iba el cura con una campanilla y te daba un campanillazo en la cabeza que te molestaba horrores y que no entendías por qué no te decían "échate un poco para allá, o para acá".
Los recuerdos han seguido aflorando, las plumas para escribir, las enciclopedias, los mapas... 
En este museo que permanece callado la mayor parte del tiempo, sus recuerdos y sus voces han vuelto a dar vida y sentido a los objetos y materiales que aquí se conservan para dar el testimonio de lo que fueron hace años. 
Agradecemos mucho a nuestras  invitadas e invitado que nos hayan reconstruido la escuela de sus vivencias, la escuela que les marcó hace 60 ó 50 años. 
Este ha sido un programa de reconocimiento a aquellos y aquellas maestras de estas escuelas, que nos educaron y nos dejaron su huella. 
Ha sido pensado en  los que no la conocieron.  
DEDICADO  a los que la vivieron, y a los que se les va apagando su recuerdo.

LA MAGIA DE LOS NÚMEROS


Para dar a nuestros oyentes una mayor diversidad de temas y de protagonistas, Puerta Abierta no solo trae los invitados al estudio para que nos hablen de aquello de lo que saben, sino que también, se desplaza con frecuencia a  otros lugares donde se producen actividades, cursos o talleres en los que hay un contenido educativo. 
¿A quien se le ocurriría ofrecer un domingo por la mañana un taller en el que los números sean lo importante? A alguien  que disfrute con las matemáticas y los números.
¿A quien se le ocurriría ponerle un toque mágico a los números y las operaciones más sencillas? A alguien que disfrute con los juegos de magia.
¿Y si unimos domingos, números y magia? Nos encontraremos en uno de los talleres que ofrece la Asociación Andalucía para niños con el fin de que toda la familia descubra el placer de adivinar cifras jugando con los números.  Y es aquí, a este taller llamado Numbers, donde nos hemos venido para comprobar si todas estas suposiciones son posibles.
El programa que les hemos ofrecido hoy, tiene mucho que ver con los niños y niñas, tiene que ver con la diversión y con los números, y para que sea más atractivo, le vamos a poner unos toques de magia. Seguro que con estos ingredientes tiene que salir bien.
Los encargados de que este encuentro se produzca son nuestros invitados:
- Daniel García coordinador del grupo Andalucía para niños. 
- José Antonio Ruiz García, Jossan, mago apasionado de los números.
Y estas fueron algunas de sus palabras para Puerta Abierta:
D. García: "Hemos nacido como portal de educación y ocio y nuestra idea es mostrar a través de la diversión o de actividades entretenidas  actividades educativas para niños y para padres. Porque a veces que una parte del taller es más matemática y se lo explicamos a los padres para que lo entiendan por si lo quieren hacer en casa. Los padres siempre están pendientes porque a veces es una regla nemotécnica y los niños no lo cogen muy bien. Saben el truco pero hay que explicarles qué matemáticas hay detrás de ese truco".
J. A. Ruiz: "El objetivo es fascinar. Detrás de esta ciencia se pueden hacer cosas fascinantes y mostrar la parte divertida y lúdica. Siempre tuve dos grandes pasiones la ciencia y el teatro. Después descubrí que  la magia era la combinación perfecta de  las dos cosas que me gustaban tanto. Y eso es lo que intento transmitir en los espectáculos, en los talleres y en todo lo que hago.
Hay una rama de la magia cuya raíz o esqueleto es pura matemática y el teatro lo adorna. Un profesor que yo tuve decía que el trabajo de los matemáticos es ponerle nombres complicados a las cosas para que haya que pagarles para que te lo expliquen, cuando en realidad es muy sencillo. Por ejemplo, si decimos vamos a hacer operaciones con una matriz, uno piensa que será muy difícil. Una matriz es una caja llena de números. A los sudokus se les puede llamar matrices, sin embargo un sudoku es  divertido y una matriz echa para atrás. Es para hacer amable y agradable todo esto"
Cuando el taller se ha puesto en marcha la cara de los niños y niñas lo decía todo. Esa fascinación de la que nos hablaba Jossan estaba reflejada en sus expresiones. 
Después llegó el tiempo en el que eran los niños los que aprendían a hacer sencillos trucos en los que intervenían los números. Padres y madres eran su público, que aceptaba con una sonrisa ser el conejillo de indias de sus hijos.