Pocos
momentos en la vida te llenan de una satisfacción tan grande como cuando tienes
un hijo deseado. Contemplar sus primeras sonrisas, escuchar sus primeros
sonidos o ayudarle en sus primeros pasos son sensaciones que nos llenaran por
completo los primeros años.
¿Qué
pasa cuando esos momentos evolutivos se paran, y lo que esperábamos que
siguiera sucediendo, no sucede. Hay un freno en su desarrollo que nos cuesta
trabajo percibir bien, pero que hace que se nos encienda una lucecita. Creemos
que se apagará, pero continúa y aunque queramos ver pequeños avances, la
lucecita continúa encendida.
¿Qué
se puede hacer? Esconder la cabeza o buscar diagnóstico, información, posibles
soluciones, prepararse emocionalmente para los siguientes momentos. No siempre
y en cualquier caso tenemos cerca a especialistas en Trastornos del desarrollo,
pero cada vez más, se investiga y se conocen más datos sobre el funcionamiento
de nuestro cerebro.
En
primer lugar las asociaciones familiares de los diferentes trastornos
infantiles consiguieron que se formaran especialistas para los diferentes
trastornos, después vino la especialización universitaria con los estudios de
las últimas investigaciones neuropsicológicas las que abrieron la puerta a una
atención especializada y constituyeron la gran esperanza para las familias.
Esta
tarde abrimos la puerta a las familias.
Invitados:
Antonio Acebedo Romero, Ingeniero Informático
Nuria Gallego Algaba, Logopeda,
pedagoga, directora Centro Seta
En Salud Mental me
dijeron que había centros que te podían ayudar y entonces me derivaron al
Centro Seta que es un centro de Atención Temprana; allí lo que hacen es que te
dan un diagnóstico pero como era un niño pequeño no se sabía muy bien que
tiene: puede ser un trastorno de desarrollo que se pueda pasar, puede ser un
autismo, pero tiene la pinta de que va a ser un Síndrome del Espectro autista
que es muy amplio, no sabemos lo que va a ser pero sabemos que la Atención
temprana le va a ayudar. Eso anima muchísimo.
También
me ayudó mucho el conocer a otros padres que estaban en la misma situación que
yo y recuerdo a una mujer que me decía “no hagas planes a lo largo, mira el día
a día” y hay asociaciones de padres que ayudan mucho a las familias con
talleres para padres, hermanos, porque no es fácil tener hermanos con autismo
aunque en mi caso si fue fácil porque mi hija es maravillosa y desde el
principio fue un bastión impresionante porque lo trató siempre muy bien y se
llevaban muy bien y era la que mejor lo entendía y nos servía de puente.
Por
otro lado en mi empresa me pusieron en contacto con la Fundación Adeco que
tiene como finalidad ayudar a personas con dificultades para encontrar trabajo.
Ellos ayudan a personas que tendrán dificultad de encontrar trabajo desde que
son pequeños por ejemplo ayudarles para que tengan un profesor particular para
el colegio, o a ser más autosuficiente. A mí me ayudaron mucho sobre todo al
comienzo” (A. Acebedo)
“Un
profesor no tiene la obligación de saber cómo tratar a un niño con autismo.
Nosotros nos ponemos en contacto con los colegios, con el profesor, el
orientador e incluso vamos a ese colegio y ponemos en marcha todo lo que el
niño necesita, anticiparle las actividades del día, como tratarle, si necesita
utilizar pictogramas y en todo lo que podamos ayudamos dentro de los colegios.
Primero
escuchamos a las familias, porque es importante saber cuáles son las
dificultades que tiene el niño en su casa; la familia interviene junto con el
profesional de Atención temprana y marcamos conjuntamente los objetivos para
ayudarles a solucionar las dificultades que puedan tener en casa”. (N. Gallego)