El
desarrollo de Internet y las redes
sociales además de globalizar conocimientos, relaciones, comercio, o noticias
al instante, indudables logros, también facilita y pone en marcha otras
acciones que aprovechando la difusión inmediata, el alcance global de su
tecnología pone en comunicación actitudes y acciones negativas para la
convivencia.
Vía Internet, youtube o las redes
sociales, desde cualquier lugar se puede dar difusión a un ideario que atente
contra las relaciones de igualdad entre los seres humanos, como puede ser la
xenofobia, o la homofobia.
A diario podemos ver en los medios
de comunicación, videos realizados en directo de una pelea entre grupos, de una
paliza a un inmigrante, pintadas llamando al rechazo, o la persecución de
personas que tienen una orientación sexual diferente.
Por la asiduidad con la que estos
hechos ocurren y porque se propagan con rapidez por los canales de youtube y en
las redes sociales, lugar donde la juventud se mueve con enorme facilidad, es
por lo que el Consejo de Europa ha instado a los países a tomar medidas que
supongan una prevención contra este discurso del odio y de la radicalización en
la juventud.
Una de las iniciativas en nuestro
país es la propuesta por las ONGs Salesianas, el sindicato UGT y Youtube, y se
llama Somos Más.
Invitado:
Joaquín
Rodríguez Díaz, director de Solidaridad Don Bosco de Sevilla
J.R.
–“En la práctica estamos hablando de cosas muy cotidianas, desde el típico
cotilleo que hacemos de otra persona y nos metemos con ella, esto, reproducido
dos o tres veces, el chico o la chica lo va a repetir y entonces empieza a
normalizar que a personas que tiene en su entorno más cercano y cotidiano las
puede insultar de forma fácil y aceptada dentro de su entorno familiar. Al
normalizarse empiezan a insultar a un
compañero de clase, a una compañera porque es distinta, también la insultan y
no pasa nada; y cuando nos damos cuenta, en el aula, en la clase o con los
amigos de la calle nos encontramos que ese discurso de odio "cotidianito" va relativizando el respeto sobre una persona
que es diferente, que piensa distinto, que es emigrante, que tiene una posición
social distinta. Se abre a todo y eso se
normaliza.
De ahí, a que eso se difunda por las redes, hay un paso. Por eso, el tema no es tanto el
mal uso de las redes sociales, que también, sino el cómo educamos desde abajo,
desde el principio, con otros discursos, argumentos, no solo respetar a las
personas sino integrarlas, compartir con ellas, escucharlas… Esto tiene que ser
un trabajo que INTENCIONADAMENTE lo hagamos así y en la escuela se están
haciendo muchas cosas de trabajos cooperativos y muchos más, pero no es
suficiente”.
La educación facilita la resolución
de conflictos y el respeto nos conduce a los valores democráticos, previniendo
en contra del discurso del odio y el radicalismo.