Hay
situaciones en las que los adultos que tienen niños o niñas a su cargo, se
encuentran desesperados porque se ha generado un descontrol y después de mucho
enfadarse y conseguir ese control tiene la sensación de que no tenía que haber
sido tan duro o tan drástico. Pero uno dice: Es que si no, no hacen caso. Si se tuviera una varita mágica que se
pudiera utilizar y conseguir volver a la calma, pues todo sería más fácil.
A
muchos niños y niñas en la escuela les cuesta concentrarse en lo que se
explica, les cuesta poner la atención plena en lo que se dice porque su mente
está cargada de pensamientos, de lo que le sucedió anteriormente. Quizás algo que
le dijo su madre al salir, algo que vio en el recreo, o si le ha mirado la
chica que le gusta. Estos pensamientos no puede apartarlos de su mente y no le
dejan atender en plenitud.
¿Hay
algo que se pueda hacer en la misma escuela para ayudarles? Mindfulness nos
propone una práctica que ayuda a conseguir que los pequeños sean conscientes de
lo que les ocurre, para poder expresarlo, controlarlo y de esa forma liberar a
la mente para que pueda atender de una forma plena.
Pero…
¿Desde cuándo son capaces los niños de relajarse de forma consciente? ¿Serán
capaces de escuchar su respiración? ¿Se puede conseguir que se queden quietos
por cinco minutos? Y nosotros los adultos, ¿lo sabremos hacer?
Hoy
bienvenidos a Mindfulness.
Nuestras
invitadas han sido:
Mariló Gascón Aguilar. Psicóloga
general sanitaria, Experta en Psicoterapia y Mindfulness. En psicología de la
Salud ha desarrollado multitud de intervenciones incorporando Mindfulness.
Desarrolla programas de Mindfulness en el ámbito educativo, formando a
profesores en la práctica personal de Mindfulness y realiza cursos y talleres
para niños, adolescentes y familias.
Isabel López Ramos, Profesora de
primaria del CEIP Blas Infante de Lebrija.
Marina Herrera Profesora de
primaria del CEIP Mª Doña, de Los
Palacios.
M. G. – “Una de las habilidades que se transmite hacia
el profesor es que esto no es
una técnica que tu le enseñas al
alumno, sino que es algo que primero tu llevas a tu vida, tanto personal como
profesional, el darte cuenta de cómo estas cuando llegas a la clase por la
mañana, como adulto, y si realmente necesitas dar algún parón o algún tipo de práctica
de Mindfulness en ese momento, porque a nivel personal tu ya puedes venir
cargado de emociones o de cualquier cosa que te esté perturbando y en ese
momento como tomar distancia de lo que te está pasando y meterte en la
experiencia que estás empezando a tener con el alumnado”.
I. L. – “Lo que más me llamó la atención fue el
hecho de parar. Mindfulness te ayuda a parar. En nuestra vida vamos muy rápido,
llevamos el piloto automático puesto, vives el día y no estás siendo consciente
de todos los momentos. Gracias a Mindfulness aprendí a parar, a analizar lo que
estaba haciendo o lo que estaba pasando, y en función de eso decides cómo actuar. Pues
con los niños ese parar y ese analizar se lleva también a cabo. Ellos te ven
calmada y ellos también se calman, y a través de las dinámicas pues vamos
entrenando como parar unos segundos, o minutos, después analizar, y por último
gestionar las emociones que estoy experimentando y decidir qué hacer.
M.H.
– “Llevo poco tiempo, porque me estoy formando todavía, pero ya lo estamos haciendo
de una manera periódica. Lo tenemos programado también los jueves y la verdad
es que ellos me lo piden. Muchas veces, aparte de los talleres que hacemos el
jueves, durante cualquier día de la semana, sobre todo cuando suben del recreo,
que siempre han tenido historias con los balones, el fútbol, vienen muy
inquietos pues me lo piden: Necesitamos
concentrarnos, maestra ayúdanos. Y hacemos una sesión sentados varios
minutos en las sillas y todos participan”.