La
elección de una buena escuela para nuestros hijos o hijas tiene mucha
importancia.
En primer lugar, la mayoría de las
familias valoran fundamentalmente la cercanía al hogar; si tienen otras
opciones, en segundo lugar, se fijan en el tipo de alumnado que asiste al
centro. La clase social del entorno donde están situadas las escuelas definen
en buena medida las expectativas sobre el centro escolar.
En tercer lugar, y si creen que su
hija/o va a tener algún tipo de dificultad para el aprendizaje, las familias se
preocupan de saber cuáles son los recursos con los que cuenta la escuela,
apoyos, accesibilidad, recursos educativos u
horarios extraescolares. En la medida de sus posibilidades elegirán el
centro que mas ofrezca.
Pocas familias a priori, preguntan
por el profesorado del centro y por los programas educativos que diseñan para
su alumnado. Es verdad que las familias de eso no entienden mucho, al comienzo.
Pero existen centros escolares donde
el profesorado, al margen de la clase social del entorno donde están situados,
al margen de los recursos con los que cuentan, o al margen de los apoyos que
reciben, desarrollan programas dirigidos a la realidad con la que conviven, teniendo en cuenta la
diversidad y la necesidades del alumnado.
Estos centros con frecuencia se
encuentran en barriadas obreras o marginales y cuentan con el mejor de los
recursos que puede tener un centro: El profesorado. Un profesorado consciente
de que la educación de los niños y niñas es fundamental para transformar la sociedad.
Un profesorado que pone en marcha programa innovadores en donde la inclusión se
hace patente y se normaliza. Un profesorado que no solo imparte clases, que no solo educa al alumnado sino también a
las familias.
Un profesorado que acaba
convenciendo a las familias de que su centro cumple con muchas más expectativas
de las que pensaron en un primer momento.
Nuestro
invitado:
Miguel
Rosa Castejón, Director del CEIP San José Obrero de Sevilla.
M.R.
– “En un centro como el nuestro en el que la diversidad es la que nos da el
sello, lo que nos identifica, una diversidad que a los padres les da rechazo,
el que haya tantos negros, chinos, “uff”, les da rechazo. Después vas tratando esa diversidad que
enriquece, porque tenemos cientos de programas, de actividades donde los padres intervienen en el cole; esa
intervención hace que el colegio se enriquezca muchísimo.
Yo creo que lo que nos define a
nosotros es la flexibilidad. Somos capaces de adaptarnos a casi todo lo que
ocurre alrededor nuestro, y eso es muy complicado. Porque igual que la
dirección tiene que adaptarse al profesorado, el profesorado tiene que
adaptarse a los alumnos, los alumnos tienen que adaptarse al curriculum. Hay una serie de valores que todos estamos
convencidos de que esa adaptación la tenemos que conseguir de alguna manera. No
vale un curriculum puro y duro donde no hay nada inamovible, sino que los
curriculum tienen que ser flexibles para que el niño se adapte a sus
aprendizajes, eso está claro.
Nosotros nos aprovechamos mucho de
todas las asociaciones, ONGs, entidades que quieren intervenir en el cole.
Nosotros tenemos la puerta abierta y le decimos venga “para adelante”.
La inclusión no es solamente con el
niño, la inclusión también con la familia. Un centro inclusivo es un centro en
el que todos los agentes que están en el cole, forman parte del cole, son parte
íntegra inclusiva del cole, no son simples espectadores sino que son actores
del proceso educativo”.
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