Cada
día nos sorprendemos con las últimas cifras de temperatura que tenemos. Es una
forma popular la de hablar del tiempo, del calor o del frío que hace. El calor
nos sofoca, pero también nos cansamos si llueve varios días seguidos. El clima,
sin que llegue a ser una preocupación, nos influye, nos cansa, nos origina
malestar, y en ocasiones enfermedades.
Este tipo de relación con el clima
siempre ha sido así, desde antes de nuestros abuelos y bisabuelos. Pero, ¿Tenemos
el mismo clima? ¿Somos los mismos?
Definitivamente, no. Nuestras y
nuestros antecesores soportaban altas y bajas temperaturas apenas sin
herramientas ni aparatos para combatirlas. E incluso eran capaces de
predecirlas en los refranes, como: En
Abril, aguas mil, Septiembre se lleva
los puentes o seca las fuentes, ó La
lluvia de febrero llena cuba, tinaja y granero.
Los
refranes se han construido a fuerza de ver la misma experiencia siempre.
Ahora el clima nos desorienta,
confunde a los animales, y hace comportarse a las plantas a destiempo. Los refranes se van quedando obsoletos y por
el contrario intentamos compaginar la nueva climatología con nuevos conceptos;
nos vamos acostumbrando a hablar de gota
fría, ola de calor, ciclogénesis explosiva, huracanes, o la Dana.
Lo que se nos decía como futurible
Cambio Climático, hoy se nos antoja como un presente que nos avisa de que
estamos entrando en él, casi sin retorno. Sin querer hemos herido nuestro
planeta, agotando el agua, quemando bosques, y hemos atacado a la atmósfera
arrojándole gases y contaminándola.
Para
hacernos pensar en estos cambios han venido a compartir el programa:
-
Luis Guevara Góngora, profesor de
Electricidad de Formación Profesional en el IES Virgen de los Reyes de Sevilla.
-
David Romero Moriña, es profesor de
Economía en el IES Albert Einstein de Sevilla.
Los dos pertenecen al colectivo Marea Verde, por la defensa de la Educación Pública
Los dos pertenecen al colectivo Marea Verde, por la defensa de la Educación Pública
D.
M. - “Es difícil para la gente tomar conciencia cuando se le habla de un futuro
a treinta años vista, o a ochenta años vista, pero los efectos que está
teniendo el cambio climático se ven en muchas partes del planeta incluso está afectando a la salud de muchas personas, pero hay muchas empresas interesadas en que no
se sepa la gravedad de las consecuencias que ya estamos sufriendo; de hecho lo
que estamos viviendo con los estudiantes es una consecuencia de que cada vez se
visualiza más como el cambio climático está afectando a los cambios de los
huracanes, está trayendo a España especies invasoras, las olas de calor están
aumentando (hemos tenido olas de calor de más de veinte días) y se espera que
en el 2030 puedan llegar a ser de más de
mes y medio.
Las
consecuencias no solo la viven nuestros niños, que en muchos institutos han
quitado días de clase por culpa de la subida de las temperaturas, sino que más
adelante también afectará a otros colectivos”.
L.G.
- “La revista Science publica en el 2017
un dato que dice que de seguir con este ritmo, en el año 2090 la Península
Ibérica podría llegar a ser como el Sahara. El cambio climático lo que produce
es un desequilibrio total en el balance de océanos es muy conocido el aumento
del nivel del mar. En España en concreto, según estudios de Greenpeace
provocaría una subida del nivel del mar entre 10 y 68 cm. Esto provocaría la
pérdida de playas en el Cantábrico, el delta del Ebro, el del Llobregat, La
manga del Mar Menor, y ciudades como La Coruña, Bilbao, San Sebastián,
Barcelona, Valencia o Málaga desaparecerían en parte.
Los hábitos de consumo diarios hay
que llevarlos a la práctica. Quiero reivindicar la labor del profesorado que
independientemente de que haya una manifestación o una huelga, un día, hay
docentes que están trabajando estos hábitos con los alumnos y se hacen
proyectos de Gestión de Residuos, de Reciclaje, de Hábitos de consumo. Por otro
lado hay que decirle a la sociedad que tienen que exigirle a sus gobernantes,
que gestionen esos recursos, que hagan políticas que pongan coto al consumo sin
control”.
Seguirán las marchas, las
declaraciones y las huelgas, de los que tienen más fuerza, hasta conseguir ser escuchados por quienes
tienen más poder.
Pero no estaría de más que cada uno
de nosotros pongamos de nuestra parte. Seamos educados con el medio ambiente.
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