Apenas
hace un mes que el alumnado ha comenzado las clases del nuevo curso y hay casos
en los que da la sensación de que ya tienen atrasados algunos de los saberes
que corresponderían a los nuevos contenidos del curriculum escolar.
Los que estrenan mochilas con sus
libros nuevos, y sus cuadernos o blocs, los que empiezan a utilizar las agendas
para recordar los deberes que llevan, o los que tienen que llevar un carrito
porque su mochila pesa excesivamente; casi todos ellos vuelven a casa, de
nuevo, con todo ese cargamento porque sus maestros o maestras les han encargado
que en casa deben de seguir trabajando lo comenzado en la clase. Es un esfuerzo
que comienza por la mañana, pero que no acaba cuando finaliza el horario
escolar.
En este
siguiente momento de trabajo, ya no están con su tutora y la tarea pendiente hay que hacerla en casa y requiere
varias condiciones: Que haya entendido bien lo que debe de hacer. Que tenga
tiempo. Que tenga un espacio apropiado para trabajar.
Esta
situación genera que haya asociaciones de padres que apuestan por la supresión
de las tareas para casa y otras por la reducción.
Esta
tarde, en Puerta Abierta, hacemos los deberes.
-Mª del
Mar Castro García. Madre de familia. Representante del Consejo escolar del Ceip
Lope de Rueda de Sevilla. Representante municipal del Consejo escolar y Miembro de ASPAE (Asociación para la
prevención del acoso escolar)
- Felipe
Grima, profesor de Música del Ceip Paz y Amistad y tutor de 4º de Primaria
M.M.C. – “Yo estoy de acuerdo con
los deberes siempre que sean justos en medida y calidad. Eso es lo complicado
¿Cuál es la justa medida de los deberes? Para mí no tiene sentido que le
enseñen a un niño a multiplicar, que sepa multiplicar y que traigan a casa
cincuenta multiplicaciones. No tiene sentido. Otra cosa es que estén dando
problemas matemáticos y traigan dos problemas a casa que tengan que forzar la
mente, desarrollarla y pensar. Para mi esto tiene más sentido que que le
pongan cincuenta multiplicaciones cuando ya sabe hacerlas. El hecho
repetitivo de deberes, no. Estoy de
acuerdo
con algún tipo de tarea en el que el niño desarrolle el saber manejar las
redes sociales en tanto en cuanto este vigilado y sea para hacer un
trabajo, que desarrolle algún tipo de habilidad, de saber hacer un trabajo
con esquema, con tempera. Ahora los deberes repetitivos de los que el
maestro de mandar del 1 al 10, y no hago nada en clase y lo tengo que
hacer en casa, no”.
F. G. – “Yo lo que pienso es en el
enfoque que se le tiene que dar a los deberes. Hay gente que dice: Es que
el niño tiene que trabajar en casa. Esos papás que dicen es que mis niños
tienen que tener muchos deberes para que trabajen en casa, Lo que pasa es
que ese padre no sabe que ese niño ya ha echado antes 8 horas de trabajo,
o 6 horas, porque muchos se quedan en extraescolares y pasan el dia entero.
Habría que preguntarle a ese papá o a esa mamá si él después de trabajar
ocho horas en su empresa, en el mercadillo o donde quiera que trabaje, si
en casa sigue vendiendo para el mercadillo. Yo pienso que sí hay que
mandar deberes, pero no cualquier tipo de deberes y no es porque si
no que lo importante es para qué. Los deberes tienen que servir para que
los niños aprendan a que tienen que tener una responsabilidad. El día que
no mando ejercicios de matemáticas o investigar algo, mando leer 20
páginas diarias. Si el niño lee puede tener cubierta toda la ortografía
y las reglas del área de lengua”.
Los deberes tradicionales sin tener en cuenta
para qué sirven, parece que tienen todavía mucho futuro, pero se atisba en el profesorado nuevas
formas de entender esas tareas y por lo tanto también un cambio en la tradición
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