Hay
fechas en el año que se llenan de significado, y en la que todos respiramos el
mismo fervor casi siempre alimentados por las casas comerciales. Así nos
sentimos para celebrar el día de los Enamorados o Haloween. Eso mismo pasa en
la celebración de la Navidad, con la diferencia que el espacio de tiempo se
alarga un poco más porque juntamos Nochevieja y Reyes y el arco de las edades
que se cubren va desde los mayores a los pequeños.
Estos días, los medios comunicación
y la publicidad, nos enseñan que tenemos
que sonreír más a nuestros vecinos, o compañeros, hay que llamar a amistades
que hace tiempo que no vemos, tenemos que hacer regalos y por lo tanto hay que
comprar más y también que la mejor manera de expresarlo parece
institucionalizado que tiene que ser a través de una comida.
Hay también quienes no desean
celebrar nada y salen del mundo comercial en el que se desenvuelve todos estos
días navideños aunque algunos y algunas sucumban ante otra gran fiesta de
consumo como es la Nochevieja.
Y por último el broche final de los
Reyes Magos, festividad originalmente para los niños de la casa que se veían
sorprendidos y que en nuestros días se ha convertido en una fiesta del regalo
para todas y todos.
Un
año más llega la Navidad y hoy se convierte en nuestro invitada. Puerta Abierta
reflexiona sobre el posible significado del saludo que tanto repetiremos en
estos próximos días.
Feliz:
A veces con tantas felicitaciones se nos escapa el significado de lo que
estamos deseando.
La felicidad, es un sentimiento
efímero, es un instante y es íntimo. Estar alegre no siempre es sinónimo de ser
feliz. Podemos estar en una reunión pasándolo bien, y estamos alegres pero ser
feliz es otro verbo. No es lo mismo ser que estar. Ser feliz es ser consciente
de lo que sentimos, y por qué lo sentimos. No es el dinero, ni la fiesta con
amigos, ni la presencia de la familia, es sentirnos plenos, y capaces de dar a
los demás parte de lo que tenemos. En el compartir hay un buen porcentaje del
sentimiento de la Felicidad. Compartamos un poco de pan, una sonrisa o un poco
de tiempo con los que lo necesitan.
Navidad se escribe con N
La
N del No de las mujeres que sufren violencia por parte de los hombres. Del NO a las niñas que son vendidas
por la pobreza de sus familias; del No a niñas que sufren ablación de sus
genitales, porque los hombres de su
sociedad quieren el cuerpo de la mujer para un único fin; del No a las niñas,
con pocos años, casadas con hombres mayores, de niñas obligadas a parir después
de ser violadas, la Navidad tiene que ser un No enorme a todo ese dolor y la
enorme injusticia y abuso sobre las niñas en todas partes del mundo.
Navidad se escribe con A.
Con la A de acogida. No en vano de
eso nos habla el nacimiento de Jesús. Sus padres no fueron acogidos en Belén.
Ante el hambre, ante el frío, ante la eventualidad del parto. Así como las
personas que llegan a los barcos y éstos no son acogidos en ningún puerto. Da
igual si están enfermos, si van a parir, si tienen frío. No hay posada para
ellos. Pero la Navidad se escribe con A de acogida, de generosidad.
Navidad se escribe con V. Con la V
de Vida
Navidad es la apócope de la palabra
Natividad, que significa “nacimiento”. Celebremos en estos días y todo el año
la vida, el nacimiento de niños y niñas, pero también la vida de todos los
seres vivos que conviven con nosotros. El cuidado del planeta, el cuidado de
nuestros mares y de los seres que lo habitan. El de nuestra atmósfera y los
seres que la necesitan para vivir con salud. La vida de nuestros campos, de
nuestros bosques, de nuestros ríos. Esa es la vida que nos hace estar vivos.
Navidad se escribe con V de vida.
Navidad se escribe con I. Con la I
de igualdad
Con la I de igualdad para todos las
personas. Los que llegan a nuestras costas, los que tienen diferente color de
piel, los que tienen otras creencias…
Igualdad de derechos para vivir de
forma honesta, una vivienda, un trabajo.
No hay personas de primera clase, de
segunda o de tercera categoría, todos
somos personas todos estamos incluidos en la I de iguales. No podemos decir
Navidad no si falta la I de igualdad.
Navidad se escribe con D. Con la D
del Deseo.
En las felicitaciones de estos días
la palabra Deseo está presente en un 90% de casos. Todos nos deseamos
felicidad, que se cumplan nuestros deseos, y que aquello que necesitamos se nos
dé. En la mayoría de las ocasiones nuestros deseos tienen que ver con la mejora
de la situación en la que vivimos o viven nuestros seres más cercanos. Ojalá que nuestros deseos sean cada vez
menores, porque las necesidades se van haciendo más pequeñas.
Con la A de Alegría, con la A de
Amistad.
Es evidente que en esta época las
reuniones de amigas y amigos, de compañeros de empresa, nos llena de alegría
porque refuerza la idea de la amistad como un sentimiento que une en
determinados momentos de consumo. Aunque a veces la alegría de la reunión solo
queda en unos saludos más o menos calurosos y en ocasiones efímeros. La amistad
se nutre de la empatía, y para ello tenemos que escuchar al otro. ¿Es lo que
hacemos entre tanta algarabía?
Navidad se escribe con otra D, la D
de Dios.
A tan alto concepto es difícil de
llegar. No hagamos de Dios una figura humana,
que siente, que padece, que castiga o premia. Acaso no hemos fabricado
dioses de todo tipo desde que el hombre comenzó a plantearse su existencia.
Actuemos en la Tierra como los pequeños
seres que somos dentro de un universo infinito.
Coloquemos
a Dios en nuestro interior y Dios estará con nosotros.
Una
vez acabado todos los significados que hemos ido desgranando acerca de la
Navidad, ahora sí y de todo corazón os deseamos:
Que
la Navidad entre en nuestros corazones y eso nos hará felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario