Son
muchos los científicos que tienen puesta su atención en cómo frenar el cambio
climático, en cómo proteger el medio ambiente, en como salvar la biodiversidad
de nuestro planeta, investigando sobre cuáles son las causas que están
originando este empobrecimiento y degradación de los recursos naturales para la
vida en nuestro planeta.
Los dirigentes políticos, por otro
lado, ponen medidas en las ciudades y pueblos para frenar la contaminación
atmosférica, la contaminación marina, la contaminación lumínica, la acústica,
la deforestación, y muchas cosas más. Todo ello nos está indicando que si el
deterioro de las condiciones para la vida y para un desarrollo sostenible,
tiene su origen en la formas que tenemos de usar los recursos que nos brinda la
naturaleza, también está en nuestras manos el devolver a nuestro planeta las
mejores condiciones para siga acogiendo la vida de todos los pueblos.
Pero estas palabras pudieran
pertenecer a cualquier discurso de los que continuamente escuchamos. Las palabras
tienen poder para convencer, pero hasta que no se convierten en hechos reales,
en actuaciones directas, en conductas interiorizadas, no podemos decir que se
está modificando nada.
Como siempre volvemos a la educación
como poder de transformación de la sociedad.
Desde la familia y desde la escuela
crecemos en nuestras convicciones. Y es también en la familia y en la escuela
donde se fabrican las actitudes de conocimiento y respeto por la evolución de
nuestro entorno más inmediato, y el futuro del entorno global.
Invitada:
Rosa
Macarro Carballar, psicopedagoga y Técnica
en Solidaridad Don Bosco.
R.
C. –“Por otra parte es necesario que los chicos y las chicas hagan procesos de
indagación e investigación de su entorno. Las cosas sobre papel, pues está bien
pero no nos genera aprendizaje realmente significativo. Cuando trabajamos este
tipo de cuestiones con el profesorado yo utilizo un ejemplo que hoy nos va a
venir al pelo. Es un juego y yo les propongo:
Pensad en la definición que tenemos sobre un
bosque y haced un pequeño dibujo o como lo describiría verbalmente en nuestra
mente. Después lo pasamos a papel y con todos los papeles. ¿Qué encontramos?: “Un bosque es un conjunto de árboles”. “Un
conjunto de árboles y animales”… Otros añaden elemento abióticos: el clima,
el agua, la montaña… Pero siguen faltando las relaciones entre todos esos
elementos, las dependencias que constituyen un sistema.
Si esto lo han trabajado durante la
vida escolar al menos 5 veces, en cinco bloques de contenido, en cinco libros a lo largo de la escolarización, y hoy por hoy
no saben qué es un bosque. ¿De qué sirve utilizar tanto tiempo en que la gente
siga teniendo un conocimiento tan cotidiano y tan poco científico? Sería mejor
que nos paráramos menos tiempo, pero mejor, para que efectivamente sea un
conocimiento significativo y no seguir dando palos de ciego, teniendo un
aprendizaje conceptual que tiene que ver poco con el conocimiento científico”.
El
planeta donde vivimos no es ajeno a nosotros. Yo soy planeta, tu eres planeta,
todos somos planeta. Y no es solo labor de
los científicos que investigan como se está dañando al planeta, sino el
compromiso de todas y todos para salvarlo.
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