Con mucha
frecuencia creemos que la educación de nuestros hijos se ha realizado en la
escuela donde han asistido, y a veces se piensa que es en los medios de
comunicación o gracias a los soportes electrónicos de donde han sacado un
comportamiento más o menos social. Sin embargo es en la familia donde reside el
componente más importante del resultado
educativo final.
En una sociedad
tan compleja en la que nos toca vivir, es difícil saber de donde tienen que partir los criterios que nos
educan. ¿Quién educa a los que tienen la misión de educar? ¿Qué formación es
imprescindible? ¿Qué conceptos son los que tienen validez en el s. XXI?
Hay
organizaciones que se plantean estas cuestiones, e intentan situar la formación
de los educadores en el punto de partida, en el centro de la familia.
Estudiar como se
relacionan los miembros de una familia, como resuelven los conflictos, o los cuidados
de género, hacen previsibles los comportamientos de sus jóvenes miembros en el futuro. A veces, hay que retroceder en el tiempo para entender un comportamiento
en el presente.
De la misma
forma, si trabajamos el presente, podemos prevenir el futuro.
Hoy, la fundación para ayuda a la drogadición, FAD, nos propone un nuevo proyecto de formación.
Nuestra invitada: Rosa Mª Macarro Carballar, psicopedagoga, Técnico de
Proyectos de Fad Andalucía, y vocal de
Educación para el desarrollo de la Coordinadora andaluza de Ongs nos ha dicho cosas como:
R. M. Carballar :"Nuestro objetivo es llegar a las familias, pero es muy difícil llegar a cada padre o cada madre, y cuando elaborábamos nuestro proyecto, teníamos en cuenta cual era nuestra capacidad. Sabiendo que hay muchas personas válidas en los centros escolares, vinculados al profesorado, a la comunidad, a los padres y madres, a asociaciones que están vinculadas a ellos, a las administraciones locales, a los ayuntamientos pequeños que trabajan muy bien y muy cercanos a los centros escolares, nuestra intención es: "vamos a llegar a esta gente para que luego ellos puedan llegar a las familias que están en su comunidad"; porque además, si yo fuera dando cursos de formación por Andalucía, - mal lo haría - porque, realmente, poco conozco yo a esa comunidad de un pueblo perdido de Granada. Yo podría dar la formación, pero dar la formación no es solo llegar y dar una charla, hay que adaptarlo y contextualizarlo. Nuestra manera para generar eficacia y eficiencia en ese tipo de acciones es: "voy a trabajar con la persona que trabaja en esa comunidad" para que esa persona que conoce ese entorno social concreto, pueda llevar eso a la realidad cotidiana que se está encontrando.
Para elaborar el material hemos hecho es un proceso que ha durado bastante más de un año, en el que hemos contado con distintas personas, vinculadas a la escuela, al tema de formación y asesoramiento terapéutico a las familias, personal técnico de ongs.
Hemos sentado a gente muy diversa alrededor de una mesa y nos hemos puesto a hablar de cuáles eran las necesidades que detectábamos entre todos sobre la formación de las familias en estos ámbitos que estábamos trabajando. Eran tres: Uno que tiene que ver con la participación, como la familia son modelos de trabajar en su comunidad, a través de Ampas, Asociaciones de Vecinos, de que los chicos y chicas sean conscientes de que ellos pueden ser algo positivo en su entorno en su barrio, porque lo ven en sus casas, como las comunidades de vecinos. El segundo tema era en relación al medio ambiente, como la familia somos también unidades de consumo, y cómo esto podría verse y vivirse de otra manera. Una tercera cuestión es la que tiene que ver con las relaciones de equidad que hay en las familias, cuáles son los roles que se asumen, como se reparten las tareas, como se visibiliza, o no, los cuidados que se dan dentro de las casas. Eran tres temas esenciales para la Educación en el Desarrollo pero que, dentro del trabajo que estábamos haciendo con familias, no salían a la luz a no ser que fuera de una manera muy puntual"
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