La labor del docente, mucho más allá de
dar a conocer contenidos curriculares básicos en cada etapa, es reconocida
como una labor que trasciende de las aulas y llega a formar parte
de las actitudes de las personas.
La
concienciación de esta capacidad de transformar el pensamiento, o de formar un
alumnado crítico y respetuoso no se trata en los estudios de la carrera. Pero
es necesario reconocer la posibilidad de trabajarla para poder experimentarla.
La formación inicial del profesorado tiene que ser
lo más completa y actualizada posible, pero es necesario que sea constantemente
renovada en una formación permanente para dar calidad a la enseñanza. El
docente en una formación permanente puede y debe reflexionar sobre su práctica,
puede observar e investigar para hacer de su profesión el arma más potente para
transformar el mundo.
Es por esto que se crean proyectos en los que se anima al
profesorado para que, desde una mirada introspectiva, active el compromiso con
la sociedad haciendo que alumnado sea responsable con el medioambiente,
respete la igualdad de género, o cumpla con sus derechos y deberes.
Los proyectos
educativos ejercen ese poder de renovación de la práctica docente al mismo
ritmo que también la sociedad se renueva. Estos proyectos, cuando son
seguidos por el claustro completo de un centro, activa corrientes positivas
hacia el entorno involucrando también a las familias y a los
agentes cercanos. Estas escuelas se llenan de motivaciones, de
propuestas y de respuestas.
Se convierten en escuelas para el mundo.
Invitada: Rosa Macarro
Carballar, Psicopedagoga y Técnica de Bosco Global.
“Hay
muchos maestros y maestras que trabajan mucho y bien pero el trabajo que
desarrollan se queda escondido en las cuatro paredes de su aula, porque el
profesorado no tiene hábito de sistematizar y escribir todo el trabajo que hace
en clase.
Este
proyecto nace desde esa necesidad que no sólo habíamos palpado nosotras en la
organización sino que muchas maestras también lo decían, como la profesión
docente no es una profesión muy bien vista en algunos casos y decíamos: Hagamos autocrítica. ¿Por qué esto es así?
Si se están haciendo muchas cosas por qué hay gente que piensa que el
profesorado tiene demasiadas vacaciones, que trabaja poco, a lo mejor es que no
estamos contando bien el trabajo que se está haciendo en las aulas. Y parte
de los objetivos de este proyecto es dar a conocer y visibilizar esa buena
labor que se está haciendo en muchos centros escolares.
Dentro
del ámbito de la Educación y la Cooperación, hablamos de un enfoque de
Ciudadanía global. Este término ha sido utilizado políticamente y no ha sido
siempre bien entendido. Entendemos que todo lo que tiene que ver con hacer
personas, ayudar a que haya personas que mejoren su entorno, que tengan valores
integrales, que tengan un desarrollo no solo personal sino también social es lo
que llamaríamos Educación para el Desarrollo, lo que antiguamente llamaríamos “todas las transversales” igualdad entre
personas, la inclusión, la interculturalidad, consumo responsable, respeto
medioambiental. Todo ese tipo de
“educaciones para” es lo que llamamos Educación para el Desarrollo.
El
objetivo es que las maestras que están trabajando revisen su práctica docente,
los proyectos que venían ejecutando o diseñando porque había cosas maravillosas
pero a nosotras nos faltaban las guindas del pastel que tuvieran una visión más
global.
Lo
que están haciendo los claustros es analizar su práctica docente, dónde tenían
ya sus puntos fuertes y cuáles eran sus puntos débiles, de manera que están
haciendo formación de cada uno de esos temas o contenidos transversales.
Este
proyecto lo hemos pensado solo para infantil, pero no sola una maestra o
maestro solo de un centro, porque queríamos que formara parte del Plan de
Centro y todo lo que tiene que ver con la programación de la Etapa de Infantil”
(R. Macarro)
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