Este es nuestro nuevo libro: "Abriendo Puertas"

Este es uno de nuestros programas

ALUMBRANDO TÚNELES


 


Durante todo el curso hemos ido recorriendo diferentes etapas y diferentes actores escolares para ir conociendo los efectos de la covid  19 en los centros educativos.

Las  medidas que se han ido imponiendo en los centros, obligando a tener unas relaciones docente- alumno, diferentes,  medidas prácticas  de convivencia,  el uso aséptico de los materiales, el aviso continuado de peligro de contagio, puede producir en el alumnado  sentimientos de temor, contra algo que es invisible pero que puede causar graves enfermedades.

Esta sensación puede verse agravada por los mensajes desde las familias para su comportamiento en la escuela. Sin duda el miedo a que los hijos se contagien  y puedan contagiar a otros convivientes, están presentes en los miedos que tienen los padres cada vez que los dejan en los centros.  Todo ello puede originar un comportamiento diferente en el alumnado en sus relaciones con los compañeros.

Un objetivo docente para cubrir esta situación tan complicada debe de ser conseguir una atmósfera en el aula en la que  el alumnado sea respetuoso con las nuevas rutinas obligatorias, pero que no pierda la espontaneidad  propia de su edad, partiendo del reconocimiento de sus sentimientos y el origen de ellos.

Facilitar ayuda a los docentes para que pueda intervenir con su alumnado, afrontando la educación emocional como un recurso necesario siempre pero más aun en tiempos de pandemia, Y eso es lo que nos ofrecen esta tarde: Alumbrar túneles.

Lo han compartido: 

Patricia Diez, educadora y psicóloga.  Autora de la Guía para docentes del proyecto educativo Alumbrando túneles.

Lorea   Nagore, Periodista y maestra. Autora de Una torre camino del cielo, y de los textos creativos de proyecto Alumbrando Túneles.

“Alumbrando túneles es una herramienta que hemos creado con el fin de acompañar a los docentes en toda la elaboración de todas las emociones y experiencias que se han podido vivir durante este año de pandemia que ha afectado no solo a ellos como docentes sino a todos los niños y niñas. y que ha habido un reflejo en las aulas, en el comportamiento, en las normas, en sus conductas o sus presiones.

Cada niño o niña ha vivido desde el confinamiento hasta el afrontamiento de salir de casa, la enfermedad, las pérdidas, las ha vivido de diferentes maneras según las estrategias de cada familia, la comunicación que hayan tenido, la información a la que han accedido, cada uno y cada una ha tenido un aprendizaje en todo esto y consideramos que habría familias en las que probablemente la comunicación era muy buena, se protegían mucho a los niños, y sin embargo podía haber otras que podían estar expuestos a mucha información o desinformación y esto podía hacer que hubiera desfases en los miedos, en los afrontamientos, en las estrategias y en los recursos que tuvieran. Creemos que el poder facilitar una información, un soporte igualitario y uniforme para todos, hace que ellos puedan sentir más control sobre la situación y dejar esas responsabilidades que se han ido creando durante este año a consecuencia de esas preocupaciones y esas  incertidumbres” (P. Diez)

“Los y las docentes hemos tenido que hacer un ejercicio de empatía. A principio de curso, en el aula, había niños que se metían debajo de la mesa y no querían salir, o niños que no querían entrar al colegio porque tenían miedo. Esto hay que trabajarlo y hay que hablarlo y hay que hablar mucho de que, esto que te está pasando, tranquilo, que pasará. Hoy todavía tienen muchos miedos. Los críos de 5º o de 6º tienen una sensación de que no les están dejando hacer nada y no digamos los de la ESO. Todo eso hay que asimilarlo y hay que enseñarles por qué y que lo lleven de la mejor manera. Yo creo que la palabra es HABLAR y nuestro proyecto tiene mucho que ver con esto” (L. Nagore) 


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