Cuando
eres pequeño, durante la infancia, no se es consciente de tener obligaciones,
la vida cotidiana es fácil porque otros piensan y trabajan para que todo esté
resuelto. Cuando eres mayor eres consciente de las necesidades o los quehaceres
para todo esté resuelto, pero no te causan estrés porque se relativizan esas
necesidades.
Pero
en determinadas edades, la sociedad te obliga a ser más productivo, más
competitivo, o más ambicioso, o más de esto o más de lo otro. Siempre un poco más.
Que no es lo mismo que mejor. Este cerco al trabajo, al estudio, a las
relaciones se transforma en una presión sobre el individuo que puede llegar a
modificar su comportamiento ante el estudio, el trabajo, en la forma de
interrelacionarse con los demás o en la propia percepción sobre sí mismo.
Las últimas investigaciones en
nuestro país nos indican que hay un número creciente de adolescentes que
sienten estrés escolar, especialmente entre el alumnado de secundaria.
Si buscamos cuales son los motivos
que originan esta situación probablemente encontraremos muchos factores que
inciden en el alumnado, desde su entorno familiar, al entorno escolar, pasando,
como no, por la propias características personales del individuo.
Esta es una etapa muy importante
para el alumnado y es necesario poner un poco de luz para reconocer el
problema, cuando este aparezca y colocar puntos de apoyo para facilitar la
superación de esos momentos difíciles.
Esta
tarde abrimos puertas para entender mejor
el Estrés escolar del alumnado con estas invitadas:
Irene García Moya, Psicóloga,
Investigadora principal del Proyecto EASE
Marta Díez López, Psicología
Evolutiva
María Méndez Izquierdo,
profesora de Biología IES Aznalcollar
Simón Clemente García, alumno de 1º de ESO del IES Velázquez
“Desde el punto de vista científico, tenemos una serie de
términos que muchas veces usamos y modificamos estrés, ansiedad y presión y lo usamos también de maneras
distintas. Podemos entender que estamos en una situación de estrés escolar
cuando percibimos la situación, que tenga que ver con el ámbito educativo, como
algo ligeramente inquietante o amenazante y no estamos seguros si nuestros
recursos son suficientes para hacer frente a esa situación de estrés escolar.
Esa sería una de las definiciones más clásicas”. (I. Moya)
“Es complicado rastrear desde cuando se conoce el estrés
escolar. Estaríamos hablando de teorías que empiezan a estudiar el estrés como
respuesta más biológica, pero después estaríamos viendo que el estrés depende
de facetas; por tanto no es que tengamos que esperar en el tiempo para que se
hable de estrés escolar sino que desde el principio que hablamos de estrés, se
puede estudiar en distintos ámbitos de la vida. El estrés escolar no es más
antiguo ni mas nuevo que el estrés familiar o en cualquier ámbito. En el
momento que empezamos a valorar los aspectos psicosociales empezamos a entender
que depende del entorno y es cuando al estrés le ponemos esos apellidos,
familiar o escolar”. (M. Diez)
“Me parece que el ámbito educativo tiene muchísima
presión por todos lados. Creo que la normativa apunta más hacia donde hay que
ir, pero por otro lado no se cuida desde lo económico, no se atiende. Al
profesorado se le exige una formación que no tiene cuando llega a la
Secundaria. La ratio no es la adecuada para atender al alumnado como se exige
que se le atienda. Aunque el profesorado quiera no puede atender la diversidad
que hay en las aulas, y entonces ese estrés no se analiza tal cual, pero si se
ven las consecuencias: alumnos que
abandonan, alumnos que no se sienten respaldados, alumnos que intentan llegar a
donde no pueden, y tu no das abasto. Ahí hay un estrés de fondo que no te
dedicas a atender a eso pero si a sus consecuencias. Se percibe en frustración,
en suspensos, en comportamientos disruptivos, y en secundaria muchas veces se les
castiga, tiende a poner partes, porque es un alumno difícil de tratar. Ahí hay
mucho trabajo por hacer”. (M. Méndez)
“Yo acabo de entrar en Secundaria pero mis compañeros
dicen que si que algunos se toman esto más en serio de lo que deberían. Entre
mis compañeros hay uno que se esfuerza mucho y se estresa aunque lo esté
haciendo genial y otros que les da igual todo. El estrés no va con ellos pero
tampoco las buenas notas” (S. Clemente)
La Educación tiene que
estar continuamente investigando para poder innovar, y por eso son necesarias
las todas las investigaciones. De sus conclusiones depende la calidad de la
enseñanza y en buena parte la salud mental de sus protagonistas.
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