Desde
hace un año las noticias internacionales de los medios informativos nos
mantienen al día de la situación de la guerra entre Ucrania y Rusia. Escuchamos
los ataques que se producen entre ambos países y vemos con horror las imágenes
de los pueblos y ciudades bombardeadas y familias destrozadas.
Pero
nuestro programa no es un informativo de noticias de actualidad, y vamos en busca de otras situaciones y
aspectos derivados de esa situación bélica en este caso en Ucrania.
Muchas
mujeres han visto la necesidad de abandonar su país en la mayoría de los casos
para salvar a sus hijos de la barbarie y empezar una vida diferente en otros
países, con otras costumbres y con otros idiomas. En España, en nuestra
Andalucía, en nuestros pueblos y ciudades se han abierto muchas puertas para
acogerlas.
Después
de los primeros momentos de acogida, de saludos, obsequios y servicios se
plantea la realidad de una nueva vida para estas familias. Hay que empezar a
vivir, conociendo costumbres, alimentación horarios y sobre todo un nuevo
idioma.
¿Cómo
lo están haciendo? ¿Con qué ayuda han contado? ¿Como se están escolarizando las
niñas y los niños?
Invitada:
Fundación Madre Trinidad
-
Begoña de Aguinaga, secretaria el
Patronato de la Fundación Madre Trinidad.
-
Tatiana Lomova
-
Oksana Shurat
“Nosotros
estábamos dedicados a la Fundación, a hacer que funcionara, pero cuando estalla
la guerra de Ucrania, Lázaro Giner que es el presidente, nos llamó al patronato
y cuando nos reunimos nos dijo que teníamos mucho espacio sin utilizar y que
habría que acoger a estas mujeres que estaban huyendo del país. Por mucho que
queramos no podemos imaginar la situación en la que ellas se vieron, sin saber
donde llegaban, con miedo e incertidumbre y todo el periplo hasta llegar aquí.
Decidimos tirar todos para adelante y abrir la fundación a las chicas que
venían de Ucrania.
Tuvimos
una llamada de emergencia para alojar esa misma noche a una familia de cinco
miembros, que iban a desperdigar en distintas casas, y decidimos hacer una
acogida de emergencia y como no teníamos nada tuvimos que correr mucho para
poder organizar ese apartamento. A través de esta familia que llegó el 8 de
Marzo, hubo un efecto llamada, se empieza a conocer en Sevilla que nosotros
estamos acogiendo a familias y empiezan a llamar hasta tener una lista de
espera tremenda para poder acoger gente en la casa, a la que tuvimos que decir
desgraciadamente que no.
La
llamamos La pequeña Ucrania porque en pocos días llegamos a ser 39 nuevas
personas de Ucrania, de los cuales 17 eran niños, hasta entonces no habíamos
hecho nada así.
Ha
sido una experiencia difícil en muchos momentos, y profundamente emocionante y
de crecimiento absoluto” (B. de Aguinaga)
“Ucrania
tiene el idioma ucraniano, en las escuelas aprendemos inglés y el alfabeto
latino. Yo vivo en una región que se llama Dönesk que está al lado de
territorio ruso y la gente antes de empezar la guerra hablamos ruso, pero
cuando empezó la guerra todos hablan ucraniano.
Para
mí no es difícil el español pero la gente habla muy rápido para mí, yo miro la
boca y siempre la cara y los ojos porque yo entiendo lo que esta persona quiere
hablar. Cuando empezó la guerra mucha gente quiere salir y yo estoy sola con
dos niños. Mi suegra ha tenido miedo por mí y por mis niños y me dice que
necesito ayuda y vino conmigo”. (T. Lomova)
“Fue
difícil el cambio porque antes nunca hablamos español y cuando llegamos a Sevilla
los niños han tenido miedo porque cambiaron todas las cosas, cambio de colegio,
cambio de comida, cambio de piso, porque en Ucrania teníamos un piso grande y
otra vida; pero nosotros aprendemos la nueva vida, y gracias a Lázaro porque él
ayuda a nuestros niños para que vayan a colegios y nosotros no esperábamos que
necesitamos ir al colegio.
Mi
hija decía que le gustaba el colegio y muchos niños le han traído regalos para
todos. Le gusta el colegio”. (O. Shurat)
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