Cada
mañana podemos ver cómo llegan niños y niñas a las escuelas y son despedidos
por sus padres o abuelos y lo vemos como algo natural, nadie se sorprende
porque desde 1990 la educación es obligatoria desde los seis años y eso es lo
que tiene que ocurrir diariamente.
¿Qué
pasaba anteriormente? Había escuelas y había docentes pero no era obligatorio
ir ni cursar un número de años, así y todo muchas personas estudiaron y
alcanzaron diferentes niveles, pero muchas otras no pudieron.
Aquellas
personas que en otras épocas quizás cortaron antes de tiempo sus estudios y
ahora quieren aprender aquello que se les quedó pendiente o nuevas culturas o
lenguas afortunadamente encuentran espacios pensados para ellas.
En
todas las edades podemos seguir aprendiendo y ahora tenemos tiempo, centros y
docentes para atender cualquier necesidad educativa.
Una
vez que se empieza, cada pequeño avance significa una enorme satisfacción que
provoca querer seguir aprendiendo, no importa sobre qué, porque todos los
saberes que adquirimos nos amplían nuestra capacidad de aprender.
Esta
tarde abrimos nuestra puerta y nos desplazamos para visitar un centro, a sus
alumnas y a su profesora. Visitamos el CEPER del Polígono Sur.
Hoy
somos invitadas por Mar Robledo Castro, profesora del CEPER del Polígono Sur de Sevilla y hablaremos
con parte de su alumnado: Magdalena Rodríguez, Ana Giraldez
Mercedes
Ramírez, Emilia Cadenas, Mercedes Pérez y Teodora Trenado.
“Ceper
significa Centro de Educación Permanente, al que vienen personas mayores de 18
años. Es una enseñanza voluntaria, no es obligatoria, y los alumnos vienen a
formarse en los diferentes planes que tenemos en el centro, hay planes formales
y no formales. Los planes formales tienen al final del curso una titulación
como puede ser el de Secundaria después
tenemos los cursos para preparar para los Ciclos Superiores que puede ser para
Enfermería y el de Educación Infantil.
Los
planes no formales son Inglés, Español para emigrantes, Alfabetización que le
llamamos de Patrimonio y tienen dos niveles, en el Patrimonio I son casi todas
alumnas mayores que no han tenido la oportunidad de aprender a leer y a
escribir cuando les pertenecía, bien por temas laborales o por tener que cuidar
a hermanos o hijos y vienen al centro para aprender a leer y escribir y lo
hacemos a través del Patrimonio cultural de Andalucía. El otro grupo de
Patrimonio que es el que tenemos aquí es un curso mas avanzado, ya llevamos
muchos años en el colegio, y ya saben leer y escribir y hacemos un poco de todo
en clase, Calculo, Escritura, Manualidades, Hábitos Saludables, Teatro.
Lo
especial que tiene este centro es que te vas a casa con una sonrisa todos los
días y ceo que hay muy pocos trabajos en los que te puedas ir así a tu casa. Le
damos mucha importancia al alumnado y a la mochila que traen porque la mayoría
no han tenido una vida fácil, tanto jóvenes como mayores, y la implicación que
tenemos con ellos tanto emocional como laboral es importante” (M. Robledo)
“Estuve
primero en el Centro Cívico unos tres años, y lo dejé por temas de familia, y
en el 2011 me vine aquí. Yo tenía una vida muy monótona, me faltó mi marido, y
los hijos dejaron el nido vacío y yo pensé en volver otra vez al colegio y vine
aquí di con buenas compañera y una excelente
profesora y el colegio nos da vida, porque
nos quita dos horas de sofá” (M. Rodríguez)
“Llevo
en el barrio 40 años y mis hijas han estado aquí en Preescolar pero yo llevo
viniendo cuatro años y me alegro de haber venido, porque te refresca la memoria
y voy haciendo cosas que no sabía. Hay días que no puedo venir y se nota, y se
está deseando de venir por la convivencia con las personas. Aquí nos
desahogamos como en familia, nos contamos las penas y las alegrías” (A.
Giraldez)
“Empecé
a trabajar con nueve años y no fui nunca a la escuela, con 18 me casé y ya mis
hijos y mi casa. Yo sabía leer pero no sabía lo que eran las letras juntas, ni
mayúsculas ni minúsculas; la cuentas no me entran. Como me quedé viuda también
me ha servido mucho de ayuda” (T. Trenado)
“Me
cuesta mucho trabajo aprender pero tengo en mi casa una caja de libros grande
porque cuando empecé a leer empezaron mis hijos a regalármelos por mi
cumpleaños o por cualquier cosa. Me gusta mucho también la Sopa de Letras, pero
sobre todo la suerte es el personal que hay que es muy importante para que te
sientas a gusto. Yo no fui a la escuela pero me siento orgullosa de los
consejos que le di a mis hijos y mis hijos supieron responderme.” (M. Ramírez)
“Me
siento muy feliz porque somos como una familia y una señorita que es
extraordinaria. Me gusta recitar poesías Hay un centro de Mayores en el barrio
y ahí voy a aprender palillos. El colegio me ha dado vida. (E. Cadenas)
“Yo
he estado en el colegio de chica, y estuve hasta que nos despidieron con una
cartilla. Y aquí sigo aprendiendo mucho todo lo que ella nos enseña.” (M.
Pérez)
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