Estudiar
una carrera hoy día no parece suficiente para ver un futuro profesional claro.
Hay tantas y tantos estudiantes universitarios, como posibles graduados. El
deseo de que los esfuerzos hechos durante la etapa universitaria tengan después
una salida acorde con las expectativas, hace pensar en perfilar mejor los
estudios para no terminar frustrados.
Afinar
más en la dirección del futuro y diferenciarse del resto es lo que se trata de
conseguir cuando se decide hacer un máster en el que se amplíen sus
conocimientos y dotar de mayor
competencia de la temática elegida
Aunque
nos hemos apoderado de la palabra máster
en el sentido inglés, máster proviene del latín magis, (grande) y
derivado de éste es magister cuyo significado es el mas grande, el mas experto
y competente.
Las
universidades ofertan una gran variedad de temas donde elegir y en el caso que
nos va a ocupar este programa es un máster que tiene que ver no solo con unos
estudios universitarios de Filología o de Pedagogía sino que enlaza con un
voluntariado que le añade una visión humana social, cultural e histórica. Es el
Máster de MASELE que oferta la Universidad de Sevilla. Y es la experiencia que
han venido a contarnos nuestra invitada e invitado de esta tarde.
Carmen
Alegría Domínguez Ponce, Graduada en
Filología Hispánica, profesora de Español para extranjeros migrantes, máster en
MASELE
Adrian
Sánchez, Graduado en Estudios franceses.
“En
nuestro caso a partir de esa llamada del Ministerio de Educación de la RASH
Republica Saharaui surgió este proyecto de la enseñanza del español. Muchas
y muchos cooperantes que viajan todos
los años a los campamentos saharauis ya sea en el área de la educación o desde
el ámbito sanitario y vamos con la intención de colaborar en la medida de lo
posible cada uno desde nuestra profesión; en nuestro caso yo viajé en el 2023 y
Adrián en el 2024 y continuamos vinculados al proyecto ya como cooperantes y
dando el testigo a la siguiente generaciones. Ahora mismo se encuentran allí
nueve alumnas de la Universidad de Sevilla, siete de Máster y dos de Educación
y Pedagogía a las cuales les mando un beso.
Nuestra
labor es acudir a las clases con las maestras saharauis durante un mes. Tenemos
una preparación previa y unas
experiencias con enseñanza de español al refugiado también desde la facultad de
Filología. Animamos a las juventudes que nos escuchen universitarias, no solo que
se interesen en Rashele en particular sino en general en la gran oferta de
voluntariado y proyectos que hay en la Oficina de Cooperación de la Universidad
de Sevilla, cada una desde su ámbito Enfermería, Periodismo hacen proyectos
maravillosos en los que los alumnos de grado y de máster pueden colaborar” C.
Alegría Domínguez
“Cuando hablamos del español en la Republica saharaui sigue presente. El Sahara
español era una colonia y después era una provincia española entonces el
español ha ido permeando en la sociedad hasta tal punto que ahora se habla
mucho menos que antes pero palabras como tenedor, estuche o tortilla mismamente
se han ido quedando cuestiones culturales; es cierto que el español ha perdido
mucho peso y se considera la segunda lengua y aunque no la utilicen en su vida
privada sí que tienen una cuestión de mantener esa lengua como parte de su
cultura, como parte de ellos. A principios del proyecto nos preguntábamos por
qué mandar una lengua colonial a aquel lugar de nuevo; en una visita que pudo
hacer el antiguo rector Hatari nos solucionó esta pregunta diciendo porque ahora es nuestra lengua, y no es una
lengua de ocupación sino una lengua propia. Yo utilizo el español como utilizo
la hasanía que es mi primera lengua, que es una lengua importante.
Es
un contexto n poco difícil, sobre todo teniendo en cuenta que nosotros no vamos
al país sino al campamento de refugiados y aquello está en el exilio entonces
una de las primeras cosas que tanto mi compañera Jana como yo cuando llegamos
allí el primer debate fue ¿podemos dar
una patada en la puerta y empezar a enseñar nuestro modelo educativo occidental,
europeo de comunicación de utilizar el español lo máximo posible, pero va a
funcionar? Decidimos sentarnos y simplemente observar a ver como ellas
daban las clases las maestras y ver qué podíamos aportar, ayudarlas pero sin
ser agresivos con ellas sino ¿cómo te ayudo?” A. Sánchez
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