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En muchos ocasiones se piensa que hablar de educación es referirse a las materias que se estudian o al trabajo de los maestros y maestras, pero la Educación es mucho más amplia que el espacio físico que ocupa el centro y sus protagonistas son muchos mas que el alumnado y el profesorado.

Uno de los protagonistas que influyen en la calidad de la educación es precisamente la Administración que con sus normativas, sus presupuestos, sus proyectos o sus acuerdos, configura la dinámica de los centros, y promueve la calidad educativa.

Frente a la Administración también se encuentra por un lado un colectivo esencial en los centros que son las familias y en su representación las Ampas y por otro las asociaciones del profesorado que luchan por conseguir los recursos necesarios para poder ofrecer al alumnado la calidad de la enseñanza que se merecen.

Por esto no es de extrañar que desde que el curso comienza estos colectivos se pongan en marcha para reivindicar ante la Administración todas las carencias que subsisten en las escuelas y los institutos y que impiden lograr los objetivos. La falta de profesorado, la ratio alta, espacios no acondicionados etc.

Hoy en Puerta Abierta hemos escuchado algunas de estas reivindicaciones en las voces de 

-Teresa de Pablo,  madre, Pedagoga, activista por la educación pública y portavoz de Escuelas de Calor.

Mirian Ríos Macías, Educadora Social y 

Eva Leal Virosta, miembro de Marea por la Inclusión

“Yo defiendo la inclusión porque falta  conciencia social porque todas las personas somos diversas. Porque todas en el inicio de su vida o a lo largo del transcurso de su vida llega un momento en el que necesita unos apoyos más concretos, o más específicos y por ello no deja de tener los mismos derechos que cualquier otra persona y sin embargo la sociedad de manera  general, quiero pensar por falta de conciencia o de entender y conocer, va dejando al lado a esas personas y se las va excluyendo.  Falta mucho trabajo por hacer de conciencia. En Marea por la Inclusión creemos que un pilar básico es la Educación y consideramos que hay que defender a la escuela pública que es la única que puede dar oportunidad de igualdad a todos los niños y niñas” (E. Leal)

“Los educadores sociales somos uno de los grandes desconocidos pero somos muchos los que estamos trabajando en educación y nuestro perfil es totalmente desconocido porque somos muy pocos, desgraciadamente. Pensamos que la educación pública es la única que garantiza la igualdad de oportunidades  y la educación que queremos es una educación que garantice la igualdad de oportunidades, una educación que mire hacia el futuro, no la que se dota de pantallas sino la que se dota de profesionales, de docentes, de personal no docente y de otros perfiles profesionales que hasta ahora se ha considerado que no eran necesarios pero que sí lo son como por ejemplo las educadoras sociales,   las mediadoras comunicativas y tantos perfiles que se me van a quedar por el camino pero son súper importantes para garantizar una atención de calidad” (M. Ríos)

Cuando surge Escuelas de calor, surge en Sevilla y surge como un movimiento autoorganizado, no somos una asociación con cif registrada sino que somos un grupo que se autoorganizó para defender lo que entendemos que hoy ya es un derecho porque ya tenemos la Ley de bioclimatización en vigor que lo reconoce. Después de tres años de lucha fue el que generó un nuevo derecho  en la comunidad educativa y es que se cumpla esa ley de Bioclimatización. Nuestro movimiento aunque se  en Sevilla  es de ámbito andaluz  y el problema que pudiera haber aquí con el calor en otras zonas incluso en Sevilla, como puede ser la Sierra Norte, es el frío en invierno, porque la Ley de Bioclimatización es mucho más que aire acondicionado. Nosotras nunca pedimos aire acondicionado lo que pedimos es que hubiera sistemas de bioclimatización, que tirando de energías más limpias de eficiencia energética, placas fotovoltaicas, sombra en los patios, revegetarlos patios que son tortas de cemento y ese movimiento es extrapolable a otras provincias”. (T. de Pablo)