Desde
hace ya muchos años hablamos del Cambio Climático sin que tengamos la
información de que se está controlando. Escuchamos declaraciones, leemos
informaciones, contemplamos manifestaciones, vemos acciones para motivar la
opinión pública en toda Europa. Se intenta controlar el Cambio climático
empezando por rebajar las emisiones de
carbono para evitar el calentamiento hasta neutralizarlo y continuando por
hacer un planeta mas habitable, protegiendo la salud de las personas, animales
y plantas. Son objetivos muy ambiciosos, pues se dirigen a todo el planeta.
¿Son abarcables y realizables?
La
Unión europea se ha comprometido a impulsar un Pacto Verde Europeo en el que
con la colaboración de todos los países integrantes se pueda llegar hasta 2050
con unos resultados óptimos en cuanto a
la reducción del calentamiento global y la protección de la naturaleza. Se tomarán medidas para la protección del
medio ambiente, para fomentar energías renovables y limpias, o de apoyo a la
agricultura y ganadería; Sin embargo vivimos en un planeta intercomunicado e
interdependiente entre los pueblos que lo conforman. No será posible alcanzar
estos objetivos globales de una forma parcial, el compromiso tiene que tener
presente a la intereconomía entre Europa y otros países y también el apoyo a
los países en vías de desarrollo.
El
reto conlleva también la educación de la ciudadanía para que conozca y
practique la economía circular y también la de las empresas para que investiguen
sobre nuevas tecnologías no contaminante.
Nuestra
invitada Mary Cruz Arcos Vargas es Profª Titular de Derecho Internacional
Público de la US y Directora del Centro de Documentación Europea de la
Universidad de Sevilla.
“Cuando hablamos de Pacto Verde, estamos
hablando de un nuevo modo de vida, un nuevo modo de desarrollo. Cuando nos
planteamos desde Europa, que en realidad Europa no es el punto sobre el que más
incide en el Cambio Climático, pero sí que tenemos la certeza de que si se está
produciendo el Cambio a pesar de los negacionistas digan de que esto es algo
cíclico, pero cada vez que se repite va a peor precisamente por la incidencia
de las personas en este entorno que nos rodea y que si nosotros abusamos de
algunos de esos aspectos terminamos desequilibrando el equilibrio en el que
está todo nuestro entorno.
Por eso es la importancia de que tengamos que
adoptar medidas. Estas medidas no implican la restauración de la naturaleza que
ha sido el último acuerdo para adoptar una norma a la que se ha llegado la
semana pasada en el Parlamento Europeo en la que la biodiversidad es esencial.
No solo implica al cuidado de la naturaleza sino también un nuevo modo de
economía, un nuevo modo de relaciones sociales, una nueva concepción de la
presencia del hombre en el mundo dentro del mismo ecosistema.
Todo esto influye en lo que llamamos Economía Circular.
Europa es la parte del mundo en la que más se desaprovecha, se tira desde la
ropa a los electrodomésticos sin mirar si podemos seguir utilizándolo; lo
tiramos porque es más cómodo y compramos otro y cuando se estropea lo volvemos
a tirar. Todo, si ya no sirve se le puede dar otra vida, regalarlo, vender de
segunda mano y eso nos llevará a consumir menos recursos naturales y no seguir
lesionando la naturaleza porque no hay un Planeta B.
Todo lo que tenemos, lo tenemos que cuidar entregar
para las generaciones futuras y no podemos entregar un desecho de planeta. De aquí la importancia de la Economía
Circular.
Desde el punto de vista de las energías, si
consumimos menos energías tendremos un medio ambiente más limpio; si además
esas energías no producen gases de efecto invernadero y vamos tendiendo a la
descarbonización de la economía, esto no significa que seamos menos
competitivos sino todo lo contrario” (M. C. Arcos)
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