Escuchamos
con bastante frecuencia comentarios negativos acerca de algunos colectivos que
se encuentran cercanos a nosotros, y que no sabemos responder en esos momentos
pero que tienen en algunos casos consecuencias graves.
¿Cómo
y dónde se generan esos comentarios que acaban siendo admitidos por mucha gente
sin saber si tienen alguna base real?
En
tiempos anteriores al desarrollo de las Nuevas Tecnologías, existían algunos
lugares que ofrecían esa posibilidad de chismorrear, acusar o generar sospechas
sobre una persona una familia o un barrio. Esos lugares en los pueblos eran los
lavaderos públicos, en las ciudades, los patios de vecinos o los mentideros.
Son lugares donde se expresan opiniones sin que sean demostrables pero que
consiguen ser a su vez transmitidas a otras personas. De esta forma se crean
discursos de rechazo a colectivos como podrían ser los gitanos, los
transexuales, o los que llegan de fuera.
El
dominio mundial de Internet y el uso de las redes sociales ha supuesto un
avance sin control de estos mentideros digitales. No existe la comprobación de
las noticias, no existe control de la expansión que va a tener.
Los
centros educativos se sitúan en uno de esos lugares donde el discurso del odio puede
comenzar y es también el lugar donde empezar a educar en la aceptación de la
diversidad, la empatía y el pensamiento crítico
Esta
tarde en Puerta Abierta hablamos de la prevención del discurso de odio.
Invitada:
Rosa Macarro Carballar, Psicopedagoga, Técnica en la Organización Bosco Global.
“Hay
un gran debate social sobre qué son los discursos de odio. La definición que yo
mas compartiría es una de la Comisión Europea que habla de todos esos mensajes
que tienen que ver con la minusvaloración e infravaloración de determinadas
personas y colectivos y hace un detalle en esa definición, a diferencia de
otras, que habla de una lista de
colectivos de personas migrantes, por razones de xenofobia, por orientación
sexual, por razón de edad y luego añade: y
esta es una lista no exhaustiva de causas; y digo es elemento diferenciador
del discurso del odio porque hay personas y entidades que dicen que los
discursos de odio solo se producen cuando se dan a colectivos que históricamente
han sido víctimas de estos discursos, por ejemplo la población gitana o la
población judía.
Durante
el confinamiento de la pandemia hubo personas a las que se les llamó rata contagiosa. Para mí esto es un
discurso de odio porque es un mensaje contra una persona por el hecho de formar
parte de un colectivo, en este caso el sanitario. El miedo hace que la gente
reaccione de esta manera.
Los
discursos de odio son funcionales, es decir, sirven para algo y sirven para poner
en un espacio de menor valor a una persona o a algún colectivo. ¿Por qué se
hace? Puede tener que ver con la autoestima de cada cual; si tienes una baja
autoestima y te ves infravalorado en relación con otros, ¿qué haces? Pues lo
atacas para defenderte. Pero no es el único espacio, pensemos en elementos que
tienen que ver con la polarización política se utiliza el mensaje de odio que están
teniendo miedo a cuál es su espacio de seguridad. Si yo amenazo con lo que
tiene que ver con tus necesidades básicas es muy probable que tú te opongas a
otro grupo.
Entonces hay mucha
gente que no lo hace por tener baja autoestima sino que lo hace por miedo, que
tiene que ver con la defensa de su territorio, su familia o sus bienes. En ese
sentido mucha gente que habla mal de la población migrante no es una cuestión de
baja autoestima, es una cuestión de que tienen miedo a perder estatus, a perder
privilegios, a que vengan a ocupar el sitio que tú estabas ocupando y eso tiene
que ver con el miedo”. (R. Macarro)
1 comentario:
¡Gran programa y una gran iniciativa!
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